Domingo 22 de Diciembre de 2024, 14:17 hs.
Diciembre 2024
Domingo 22
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La campaña, durante marzo, está dirigida a quienes no tengan obra social. El examen busca detectar micro pérdidas de sangre a través del estudio de la materia fecal, como primer paso para prevenir la enfermedad, que afecta por lo general a mayores de 60 años.
a Dra. Verónica Baró, directora médica de LUCCAU Ushuaia, en su habitual espacio radial por FM Master’s, se refirió a las particularidades del cáncer de colon, objeto de la campaña de detección de sangre oculta en materia fecal que se estableció desde la institución durante el mes de marzo, con fecha precisa a confirmar.
La campaña estará dirigida a gente que no posea obra social, o que no tenga otra manera de acceder a hacerse este test, como primer paso en la detección temprana del cáncer de colon.
Baró explicó que se trata del primer paso, porque con este test “lo único que estamos haciendo es detectar si hay una pérdida microscópica de sangre en la materia fecal, y si llega a haber, se pasa al segundo paso”.
Esa segunda instancia es un estudio más complejo que puede mostrar si hay alguna alteración del intestino, que es la videocolonoscopía: “allí podemos saber si hay pólipos o alguna enfermedad en el colon” según explicó.
Los factores que predisponen a contraer cáncer de colon, se distinguen en un primer grupo de enfermedades poco frecuentes pero las que más predisponen, que son las enfermedades inflamatorias del intestino. “Las más conocidas, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Las personas que las tienen, ya saben que tienen un riesgo aumentado de cáncer de colon”, así como también quienes tienen un síndrome llamado poliposis múltiple familiar, que son personas formadoras de pólipos en el intestino en importante cantidad, y que deben controlarse asiduamente, “porque cuantos más pólipos formamos, más predisposición a ser cáncer, porque se sabe que el cáncer de colon tiene una evolución desde un pólipo benigno a uno maligno” detalló.
Un factor de riesgo no controlable es la edad, ya que a partir de los 60 a 65 se va aumentando la tasa de incidencia de esta enfermedad, que es “de gente adulta, que sería el mayor factor de predisposición que no podemos modificar”.
Entre los que sí se pueden modificar, está el recurrente relativo al estilo de vida, que oficia para todos los tumores: “no ser sedentarios, una alimentación basada en vegetales, en verduras, tratar de evitar las grasas, la comida chatarra, las comidas ultra procesadas” enumeró la Dra. Baró.
El alimentario, como hábito, sobre todo a una mayor edad, es difícil de adquirir: “lo más difícil es modificar lo que uno sí puede hacer por sí mismo. Es inherente al ser humano que el autocuidado es una de las cosas que cuesta aprender, que no se enseña como parte de la educación. Deberíamos enseñar a manejar las emociones, a comer, a tener el espacio para comer, a tener hábitos”, algo que, advirtió, está resultando difícil hoy en día con las nuevas generaciones.
Igual complejidad reviste mantener una actividad física constante, como hábito saludable para prevenir enfermedades, no sólo el cáncer: “No es ir al gimnasio y necesariamente tener que pagar una cuota, sino salgo a caminar tres veces por semana, 40 minutos, llueva, haya viento, frío, porque, bueno, nuestro clima sabemos cómo es, pero también sabemos que hay mucha gente que sí lo hace” concluyó la Dra. Verónica Baró con sus recomendaciones.
FUENTE: edfm