El biólogo especializado en la región patagónica respaldó la obra que lleva adelante la provincia para abrir una traza vial denominada “Corredor del Beagle”. “No entiendo cómo es posible que una proporción tan grande de superficie de Tierra del Fuego, quede tan aislada del resto de la provincia”, sostuvo el profesional.
Alejandro Winograd, biólogo especializado en la región patagónica y director de Colección Reservada del Museo del Fin del Mundo, respaldó la obra de denominada Corredor del Beagle.
“¿Cómo es posible que una proporción tan grande de la superficie de Tierra del Fuego y sobre todo un área tan atractiva, tan significativa y tan rica en recursos potenciales y real como el Sur y el Este de Tierra del Fuego esté tan aislada del resto de la provincia?, se preguntó en Radio Provincia en diálogo con Carla Fulgenci.
Respecto de la importante obra del Corredor del Beagle que lleva adelante la provincia, Winograd aclaró que “Me parece que cuando se generan estas discusiones, las posiciones se radicalizan, por lo tanto, se simplifican y trivializan”.
Por otro lado, no dudó en apoyar la obra al sostener que “si a mí me preguntaras si estoy de acuerdo con la construcción de esa ruta, yo te digo que sí. No entiendo cómo es posible que una proporción tan grande de superficie de Tierra del Fuego (...) quede tan aislada del resto de la provincia”.
Al mismo tiempo, incluyó en su reflexión “los reparos de las organizaciones ambientalistas, de los que se preocupan por el cuidado del patrimonio cultural, pero me parece que todos esos temas se pueden discutir y plantear por separado, pero no debatir como una gran batalla si la ruta se hace o no se hace”.
Repasó, además, que “en Tierra del Fuego, la actividad turística ha sido tomada y considerada como uno de los elementos importantes, uno de los ejes del desarrollo, eso implica que hay empresas, hay trabajadores, proyectos, planes de desarrollo que hay que atender”.
“Cuando yo leo el proyecto de la ruta y cuando la imagino, me parece un proyecto fantástico. Parece que se está discutiendo el trazado de la ruta y, quizá, lo que se está discutiendo es en parte lo que pasó en el pasado y lo que propone el gobierno para garantizar que no vuelva a ocurrir en el futuro”.
Por otro lado, señaló que “cuando uno se plantea estas discusiones acerca del impacto ambiental de una obra, sin dudas que el objetivo central es que esa obra alcance a armonizar los programas de crecimiento, de desarrollo, de inversión, los productivos, etc., con la preservación del medio ambiente”. Sin embargo, sostuvo que “uno tiene que preguntarse cuál es el escenario alternativo. No es que se hace eso o no se hace nada”.
Respecto a esto último, advirtió que “se hace eso (por el Corredor), o el desarrollo turístico se detiene”. Y agregó que “si cada metro de ruta equivale a una batalla de posiciones más radicalizadas, y el diálogo se hace más difícil, eso no va a servir”.
Por último, como conocedor e investigador de Tierra del Fuego, señaló que “en el caso de Tierra del Fuego esa ruta es un paso para acceder a Península Mitre, que es un área natural de gran importancia, un gran atractivo y también un tesoro constitutivo de Tierra del Fuego, como un espacio que a todos los fueguinos los define, como ocurre con la Isla de los Estados o el Canal Beagle”.
Trayectoria de Winograd
Alejandro Winograd se graduó como Biólogo y, pocos meses después, se incorporó al Programa “Cetáceos Australes” (CONICET – National Geographic Society), orientado al estudio de los delfines del canal del Beagle. En 1984 fue designado Jefe del Departamento de Ciencias Naturales del Museo del Fin del Mundo (Ushuaia) y, desde entonces y hasta el presente, ha participado de numerosos proyectos de investigación vinculados con la preservación y el manejo de recursos naturales tanto en Tierra del Fuego como en otras provincias de la Patagonia. Además es autor de varios libros: el volumen de cuentos Tormenta de agua caliente (1994); la novela El viento que gira (1996); y los ensayos Patagonia. Tierra de gigantes (2002), Patagonia, un mundo aparte (2004), ambos con fotos de Daniel Rivademar y Patagonia. Mitos y certezas (Edhasa, 2009).
Desde 2003, es uno de los directores de la Colección Reservada del Museo del Fin del Mundo (EUDEBA – Museo del Fin del Mundo), dedicada a editar las crónicas de los primeros viajeros y exploradores de la Patagonia austral y de la Antártida.
FUENTE: edfm