Domingo 22 de Diciembre de 2024, 04:34 hs.
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El titular de la Clínica San Jorge ofreció un panorama de la salud y consideró que debe haber cambios ante un sistema que está totalmente quebrado. Los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos de insumos y medicamentos, y deberían aumentarse los aportes y contribuciones.
El titular de la Clínica San Jorge ofreció un panorama de la salud y consideró que debe haber cambios ante un sistema que está totalmente quebrado. Los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos de insumos y medicamentos, y deberían aumentarse los aportes y contribuciones. También se mostró proclive a una integración del sector público y privado, para no duplicar esfuerzos y estructuras. Expuso la incertidumbre del contexto actual, ante la falta de interlocutores que permitan conocer cuál será la política de salud de la nueva gestión nacional. “Los que se van nos están dejando un desastre pero no sabemos quién viene y lo que piensa hacer”, señaló el Dr. Carlos Sánchez Posleman.
El titular de la Clínica San Jorge, Dr. Carlos Sánchez Posleman, ofreció un panorama de la situación de la salud, que se encuentra quebrada y requiere de cambios importantes. “La salud se nutre de un porcentaje del sueldo de los trabajadores activos, pero lo que ingresa al sistema no alcanza para comprar los insumos y medicamentos de alto costo y gastos sanatoriales” dijo por Radio La Red 93.9 y Provincia 23.
“El sistema está fundido, y este problema que se viene arrastrando hace tiempo no ha estado en la agenda política nacional en ninguno de los debates. Estamos a pocos días de que cambiemos de gobierno y todavía no sabemos si hay Ministro de Salud, si hay Secretario de Salud, quién va a conducir el sistema de salud de la Argentina y las perspectivas que tienen. La incertidumbre es total. Para mí no cambia absolutamente nada si es Ministerio o Secretaría, lo que importa es saber cuál es el proyecto de salud que queremos para nuestro país y cómo lo vamos a financiar. No sabemos cuáles son las políticas que van a adoptar ni quién se va a hacer cargo del PAMI y cómo se va a financiar. En estos años el PAMI anduvo muy bien pero tenía una fuente de financiamiento extra con aportes derivados del impuesto País. Hoy no sabemos qué va a pasar con el financiamiento de la salud. Los gobernadores fueron a reunirse al Ministerio de Economía a ver qué pasaba con los sueldos, porque la campaña hizo que hubiera disminución de los impuestos, a costa de menor aporte en coparticipación de las provincias, sin un plan previo de ajuste. Hoy los gobernadores se encuentran sin plata para asumir los compromisos de sueldos y aguinaldos, y menos van a poder pagar las cargas sociales para sostener el sistema de obras sociales provinciales”, planteó.
La herencia recibida
El profesional señaló que “este gobierno nos ha dejado con serios problemas en los insumos. Nosotros tenemos que cambiar el tubo del tomógrafo y no hay tubos, están esperando a ver qué pasa con el dólar, tienen que liberarlo, hay insumos que no se consiguen porque no se pueden importar, no hay precios y estamos pagando precios exorbitantes que han aumentado en dólares inclusive. Realmente es una situación caótica, con el agravante de que no sabemos quién viene y cuál es su idea. El grado de incertidumbre es terrible. Los que se van nos están dejando un desastre pero no sabemos quién viene y lo que piensa hacer”, expresó.
Consideró que “sería excelente que el presidente pudiera informar a la comunidad cuáles son los problemas de fondo que tiene el país y cómo hay que abordarlos. Creo que todos vamos a tener que hacer un sacrificio para poder sacar el país adelante. Tenemos mucho potencial pero requiere de un poco de orden y de que todos contribuyamos al bien común para salir adelante”.
“El problema de financiamiento de la salud es un problema mundial. Durante muchos años hemos tenido un sistema solidario con las obras sociales, donde todo el mundo paga un poco para tener una cobertura integral cuando uno está enfermo. Hemos tenido durante muchos años un excelente sistema de salud que hoy tiene sus deficiencias y hay que tratar de apuntalarlo, no de destruirlo. Tenemos una salud pública de excelencia y no creo que haya en el país un hospital como el Garrahan o el hospital Fernández. Todos los hospitales públicos del país, incluida nuestra provincia, cumplen un rol muy importante para la sociedad. Creo que tanto a nivel nacional como provincial hay que sentarse a discutir cómo podemos sostener el sistema, qué cosas hay que modificar, en qué tenemos que gastar menos, en qué tenemos que fortalecernos, cómo trabajamos las enfermedades crónicas. Hay muchas cosas por hacer”, dijo.
También se lo consultó sobre la atención gratuita que se da a pacientes de países limítrofes. “Para cambiar eso hay que cambiar la Constitución, que dice que toda persona que pise el suelo argentino tiene derecho a la salud y a la educación. Nosotros damos cobertura sin importar de qué país proviene. Hay turistas que son atendidos tanto en el público como en el privado, que a veces no tienen posibilidades de pagar por la patología que tienen y uno los tiene que atender”, manifestó.
OSEF muy complicada
Con respecto a la situación de la obra social provincial, indicó que “está muy complicada porque el sistema se nutre de un porcentaje del salario. Los aumentos salariales que hubo no acompañaron a la inflación y hay un desfinanciamiento de la obra social. A esto se suma que la industria farmacéutica ha aumentado los medicamentos en mayor proporción que la inflación. La industria farmacéutica va por un lado con sus costos, las prótesis van por otro lado con sus costos, y el salario va para abajo. Así es imposible poder financiar la salud. No es que haya una mala gestión sino que hay que reformular el sistema. Siempre he dicho que hay que hacer el esfuerzo de aumentar los aportes y las contribuciones, para que entre todos cuidemos a los enfermos, que son una minoría. Esto lo entiende la gente cuando sufre la enfermedad y ve que la obra social le da atención, pero hay una minoría ruidosa que impide cambios estratégicos, cuando una mayoría silenciosa quiere un cambio. A veces son medidas poco amigables políticamente, pero son correctas para solucionar el tema de fondo. Hace años que vengo planteando por qué un empleado bancario aporta a OSDE y cuando se jubila viene a OSEF; en vez de tener el 10% de aporte viene con el 3%. Durante toda su actividad el 10% lo puso en otro sistema y no lo usó porque era joven y sano, pero cuando se enferma no va al PAMI sino que viene a la obra social de la provincia. Lo mismo pasa con la Justicia, con el Tribunal de Cuentas. Hay una cantidad de desvíos que hay que empezar a solucionar”, subrayó.
En este sentido hizo una comparación entre el aporte al privado y al público. “El sueldo promedio de un empleado rondaría los 300 mil pesos por mes. El aporte es del 3%, es decir que hablamos de 9 mil pesos para el empleado y su grupo familiar. El plan más barato de OSDE para un matrimonio está en los 200 mil pesos y no es que OSDE se está llenando de plata y paga bien a los prestadores, porque está con serios problemas de financiamiento y está igual o peor que la obra social de la provincia en cuanto a los pagos”, aseguró.
“Si le dicen al jubilado que tiene que aportar un poco más, con gusto lo va a aportar, siempre y cuando se sostenga el sistema. Si a esa gente se le cae la obra social no tiene posibilidad de que sea aceptado en otro lugar porque nadie los va a afiliar. Cuando van los muchachos a gritar con los bombos, no piensan en los pobres jubilados que están enfermos y que su obra social se puede caer”, dijo en referencia a la resistencia de los gremios estatales.
Agilidad en las compras
Dentro de los cambios a realizar, mencionó la burocracia en las compras. “El efector público va a tener que cambiar el sistema de compras y permitir que sea más ágil, para ser más competitivos a la hora de comprar. Si no se puede pagar al contado porque hay que hacer un expediente, el que vende pone un precio excesivamente caro porque tiene que resguardarse. Hay que permitirle a la obra social y a los hospitales tener un sistema de compras más ágil para que puedan comprar contra entrega. Hay rubros que no cumplen con el PRO TDF porque no tienen volumen para venderle a la provincia. Tienen que buscar un intermediario que aumenta los costos. Tenemos que tener un sistema de compra más ágil de insumos y medicamentos para que puedan abaratar los costos. Es complejo pero hay que hacerlo”, sentenció.
“Una prótesis puede estar en 14 millones de pesos, y es menos compleja que un marcapasos. Es muy cara la medicina. Para cambiar el tubo del tomógrafo me cotizaron 35 mil dólares, a un dólar MEP que está en más de 800 pesos. Una tomografía puede estar en 10 dólares como mucho. Hay que hacer muchas tomografías para poder reponer el tubo y ni hablar de comprar un aparato nuevo”, citó como ejemplo.
Demoras en los pagos
Por otra parte dio cuenta de la demora en los pagos, que se licúan con la inflación. “OSEF hay una parte que paga a 30 días, otra parte que paga a 60 días y otra parte que paga a 90 días. Algunos prepagos pagan a 30 días, otros a 20, otros a 60 y otros a 90. Entre 60 y 90 días es el promedio de facturación, no de prestación. Hoy ya pagamos los sueldos, los insumos y lo que prestamos en noviembre lo estamos facturando ahora y con suerte el mejor pagador va a empezar a pagar el 5 de enero. Acá el gran problema que existe es la inflación, que nos está matando a todos. Es peor la inflación que los dólares, porque la inflación sube y aumenta todo; baja el dólar y no baja nada. Hay un grado de especulación, de resguardo o de temor. La gente trata de cubrirse y no hay precio, pero no tenemos otra opción más que comprar los insumos”, dijo.
Puntualmente sobre la deuda del gobierno, que se estima en dos mil millones de pesos, confirmó que es la cifra que ronda entre lo facturado y por facturar. “Tampoco hemos tenido aumentos a pesar de que estaban pautados. En el contrato está escrito que los aumentos iban de la mano de los aumentos salariales. Como el sistema se financia por los salarios, el 50% del aumento a los empleados públicos se sumaban a un aumento nuestro, y el 50% de los aumentos de los empleados de sanatorios y clínicas se sumaban a un aumento. La obra social no pudo darnos ese aumento porque no tenía partida presupuestaria para absorberlos. Hoy estamos muy complicados porque eso ni siquiera lo hemos facturado. Hay sin facturar alrededor de 500 millones de pesos”, precisó.
Integración público-privada
Por último opinó sobre la posibilidad de integrar la salud pública con la privada. “Yo creo en la integración público-privada. Lo veo con muy buenos ojos. Varias veces hemos hablado de manera informal con la Ministra de Salud sobre una maternidad única, porque la natalidad ha caído estrepitosamente en los últimos años y tenemos una doble estructura para 30 partos en la clínica y 30 partos en el hospital, con dos neonatologías, con enfermeras para pediatría y una cantidad de estructura que hay que tener. Yo veo la integración más que positiva, como necesaria. Si no nos integramos, estamos por un camino errado. Esto no tiene que ver con el cambio de presidente. Hace tiempo vengo diciendo que necesitamos una integración. Ya el sistema médico tiene que estar integrado porque cada vez hay menos pediatras y especialistas. Ambas terapias pediátricas están cubiertas con médicos itinerantes de otras provincias. Si se integran con médicos de otras provincias, cómo no nos vamos a integrar nosotros, que estamos a una cuadra. Esto hay que cambiarlo pero la mentalidad de algunos dirigentes hace que esto se impida. Es mucho más caro traer gente de afuera que integrarnos entre nosotros. Si aunamos esfuerzos seguramente vamos a conseguir traer más médicos porque van a poder trabajar en ambos lugares. Si hacemos una maternidad única trabajaremos todos ahí, que podrá ser pública de gestión privada, o con el título que quieran. Tenemos que integrar los recursos y no ser tan cerrados”, expresó.
“Para traer profesionales tenemos que tener calidad de trabajo. Tenemos buena infraestructura a pesar de lo lejos que estamos de los grandes centros urbanos. Hay un proyecto para distribuir lo que se recauda de las obras sociales, para que parte vaya a los médicos y parte a los empleados para mejorar sus ingresos. Este sistema de salud se aplicaba en el año ’69. Los médicos cobraban un sueldo más los honorarios que percibían de las obras sociales. Después eso cayó en los años ’70 con la dedicación exclusiva y el bloqueo de título. Quedó demostrado que este sistema fracasó y tenemos que abrir nuestra mente y buscar nuevas variables, tratando de integrarnos y que la gente tenga acceso a un sistema de salud que cubra sus necesidades, sea público, privado o mixto”, concluyó.
FUENTE: p23